Espada
ESPADA (1650 A.C.)
Las más antiguas fueron encontradas en tumbas en Micenas, Grecia.
Las armas con filo cortante y/o punzante se conocen desde la Prehistoria, concretamente desde la Edad del Bronce. En realidad, el arma blanca más antigua es la daga, a partir de la cual se desarrollaron posteriormente otras armas como las espadas, los sables o los machetes. Es a principios del año 2000 a.C. cuando empiezan a fabricarse espadas tal y como las conocemos, gracias a la evolución de las técnicas en el tratamiento del metal. Ya en el siglo XIII a.C. empiezan a desarrollarse espadas de hierro: más duraderas y fuertes que las de bronce, pero frágiles de todas formas.
A lo largo de los siglos, las técnicas de forja evolucionaron y la confección de espadas de hierro fue mejorando poco a poco. Los ejércitos, a su vez, empezaron a incorporarlas. Posteriormente, la llegada del acero permitió fabricar este tipo de armas tal y como las conocemos hoy día. Entre otras espadas antiguas podemos destacar la kopis griega y la gladius romana. Ya en el último Imperio Romano apareció la spatha, que daría nombre genérico a este tipo de armas blancas. En China, las espadas de acero se empezaron a forjar a partir del siglo III d.C.
El final del uso de la espada como arma se establece en la II Guerra Mundial, donde aún se utilizaron espadas en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, como complemento a las armas modernas. Hoy día, las espadas se usan sobre todo como complemento de uniformes ceremoniales. Las espadas antiguas, por su parte, son muy buscadas por los coleccionistas y se emplean a menudo como elementos decorativos.

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