La sharrería
La Charrería
Tiene sus orígenes en el momento en el que se le permite a los naturales Novo Hispanos, el montar a caballo. Con la condición y bajo severas penas físicas, de no utilizar ningún tipo de montura o arreo europeo, los nativos se vieron en la imperiosa necesidad de idear su propia forma de montar, amansar y arrendar a los equinos, pues les era necesario para poder trabajar con los vacunos de acuerdo a lo indicado en las ordenanzas de la Mesta de 1574 donde se establece que a cada estancia de ganado mayor por cada 2,000 cabezas de ganado se permitirá tener 4 Indios o negros, 2 a pie y 2 a caballo con un estanciero español o criollo. Previo a esto los únicos naturales novohispanos que tenían permiso de la corona, para montar a caballo, fueron el casique de Zempoala y los 4 señores de TLAXCALA, así como sus descendientes (Zempoaltecas y Tlaxcaltecas), quienes apoyaron al ejército de Hernan Cortés en la Guerra contra los mexicas (guerra de conquista).
La charrería es el conjunto de destrezas, habilidades ecuestres y vaqueras propias del charro mexicano. Todo ello conforma un deporte espectáculo de gran popularidad y raigambre en México. La charrería se desarrolla en ruedos similares a las plazas de toros llamados lienzos charros.
La charrería es el conjunto de destrezas, habilidades ecuestres y vaqueras propias del charro mexicano. Todo ello conforma un deporte espectáculo de gran popularidad y raigambre en México. La charrería se desarrolla en ruedos similares a las plazas de toros llamados lienzos charros.
El término deriva de charro, sinónimo de jinete. Esta palabra tiene diversos orígenes: se utiliza en Salamanca (España) como un gentilicio local que proviene del idioma vasco "txar" o "rústico"; también podría provenir de "chauch" que en el mozárabe andaluz significaba "pastor" o "jinete". Se considera más probable que esta última es de la que probablemente derivan tanto "gaucho" como "charro".
Historia
Tiene sus orígenes en el momento en el que se le permite a los naturales Novo Hispanos, el montar a caballo. Con la condición y bajo severas penas físicas, de no utilizar ningún tipo de montura o arreo europeo, los nativos se vieron en la imperiosa necesidad de idear su propia forma de montar, amansar y arrendar a los equinos, pues les era necesario para poder trabajar con los vacunos de acuerdo a lo indicado en las ordenanzas de la Mesta de 1574 donde se establece que a cada estancia de ganado mayor por cada 2,000 cabezas de ganado se permitirá tener 4 Indios o negros, 2 a pie y 2 a caballo con un estanciero español o criollo. Previo a esto los únicos naturales novohispanos que tenían permiso de la corona, para montar a caballo, fueron el casique de Zempoala y los 4 señores de TLAXCALA, así como sus descendientes (Zempoaltecas y Tlaxcaltecas), quienes apoyaron al ejército de Hernan Cortés en la Guerra contra los mexicas (guerra de conquista).
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